El rock independiente en el Perú es ampliamente anti-fujimorista. Lo tenemos claro desde que Daniel F escribió “El asesino de la ilusión” un 5 de abril de 1992. Es decir, el día del autogolpe de estado que perpetró Alberto Fujimori. “Las tardes de muertos eclipsan el bar / y los deudos callarán su rabia / y todo es por ti / Vagando en las noches de fusilamientos, gente desaparecerá / ¿En dónde mierda están?”. Luego vino 6 Voltios con “Generación perdida”, dejando claro a su estilo a inicios de los 2000’s que “el chino huevón es un dictador”. 

Y en adelante, a lo largo de la primera década de este milenio, diferentes bandas de la escena rockera independiente, como Diazepunk, Aeropajitas, Barrio Calavera, La Mente, Los Protones, Rafo Ráez y los Paranoias, El Hombre Misterioso, y más, han participado en festivales por la memoria, recordando una vez más el 5 de abril, en plazas, parques y hasta en el LUM, haciendo explícito su rechazo al fujimorismo sobreviviente. Es más, el año pasado, más de 500 músicos firmaron un comunicado contra el indulto a Alberto Fujimori.  

A diferencia de otras escenas musicales, la escena rockera independiente es ampliamente anti-fujimorista. Está claro. La movida independiente de rock en el país históricamente desde los 80, ha estado estrechamente conectada con lo que sucede social y políticamente en el Perú. 

Quien venga de una escuela de entonces o quien conozca las raíces de esta escena, no le extraña que un músico rockero hoy hable de política, ni menos que algunas bandas tengan canciones críticas en sus repertorios musicales, o que en periodos de elecciones hagan eco del “Fujimorismo nunca más”. 

Al contrario, resultaría extraño que no lo hagan, en un contexto como el de ahora, con un fujimorismo salvaje sin vergüenza en la cara, que se aferra al poder en un congreso disuelto en el que los fujimoristas eran mayoría obstruccionista además, y que suertudos estos no necesitarán máscara para Halloween porque ya la tiene puesta. Es más, buena parte del público hoy puede gritar al unísono “Keiko de mierda” en un concierto con miles de personas, a la cuenta de tres y sin ningún roche, como ya ha ocurrido antes. 

Claramente esta no es la escuela de PSV, no es la del pop bailable, no es la del ‘rock apolítico’. Todo lo contrario es libremente política, es una escena que cuando se quiera manifestar es libre de hacerlo desde una canción, una opinión en redes sociales, un comentario en medio de un concierto, o participando en una marcha por la dignidad de su país.

Pero no seamos ilusos, nunca falta cierto público que simplemente no le gusta o no le interesa que las bandas tomen posición o hablen de política. Podemos intuir que se trata de un público nuevo o uno no acostumbrado a esta escena, que desconoce que un músico también es un ciudadano con voz y voto. O que simplemente solo le interesa la música por la música como algo desconectado totalmente de la sociedad, y que todavía sigue diciendo cosas como estas –todas por cierto expresiones posteadas en las redes sociales, sin pizca de ficción alguna-. “¿Por qué los músicos hablan aquí de política?”. “Canta mierda, no hables, no opines”. “Dedíquense a la música, no más”. “Van a perder seguidores”. “La política siempre ha funcionado así, ¿por qué tan indignados?”. “Saquen nuevas canciones, dejen de joder”. 

Tal vez se han equivocado de banda o de escena. Porque hasta Roger Waters de Pink Floyd lo tiene claro, precisamente porque se lo han dicho sus propios seguidores. La frase más votada por el público peruano, para ser proyectada en su concierto en Lima, de acuerdo con la página Pink Floyd Perú, fue: “Fujimori nunca más”.

Desde esta escena independiente de la que formamos parte, y de cara a las próximas elecciones, en @youcansayfuck también tomamos posición para decir: por justicia y dignidad, Fujimori nunca más.

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