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"Días de furia": ¿Es Pedro Cornejo el último crítico de rock del Perú?

Su nuevo libro pone de manifiesto el Pensamiento Cornejo. El finísimo punto de vista de un crítico sin censuras que en algún momento lo fue todo para la escena del rock peruano: crítico musical, historiador, manager, director un sello discográfico, presentador de tv, escritor, etecés. En sus columnas de opinión recopiladas en "Días de furia", el autor ahonda en las problemáticas del rock peruano más que solo romantizar una etapa o un género musical. En esta nota de Youcansayfuck, desde algún lugar del mundo fuera del Perú, una entrevista con Pedro Cornejo.

Publicado: 2022-01-24

Pedro Cornejo lleva un disco de Bob Dylan en su mochila y es para mí. No me conoce, pero yo sé muy bien quién es él. He leído su libro “Alta tensión” (2002) hace mucho y lo llevo en mi bolso como trofeo. Hemos quedado en encontrarnos. El saludo es breve, la mirada es seria, la palabra es corta. La transacción es puntual, me vende el disco, que es para lo que lo cité. Pedro saca el CD de Dylan para mí, y en breve yo saco mi ejemplar de su libro para mostrárselo como trofeo y como manifestación de agradecimiento por todo lo que ha hecho por el rock peruano. Todo hubiera finalizado allí. Pero lo que viene después continúa hasta el día de hoy.

Después de hablar de Dylan, de su libro, de discotiendas, de la escena más contemporánea, de dedicarle unos minutos a esta total y absoluta extraña, le pido una entrevista más formal para Youcansayfuck. Tras dudar brevemente, acepta responderme un cuestionario por correo. Me acepta también tomarle una foto en la librería en la que estamos. Se pasa de cortés. No sé por qué me aguanta tanto pero debe ser obra y gracia de Dylan, el dios que no me falla. La entrevista se publica en este medio y es la primera que responde después de mucho tiempo de inhallable. Todo eso ocurrió hace ya cinco años, en el 2017.

En el 2018, Pedro Cornejo reaparece oficialmente y anuncia la reedición de “Alta tensión” con la editorial Contracultura, libro corregido y aumentado que además, una cosa menor, incluye un ensayo mío sobre la participación de las mujeres en la historia del rock peruano, escrito a invitación suya. Es uno de los libros más vendidos en la Feria Internacional del Libro de Lima de ese año. Antes de terminar el 2018, publica “Enciclopedia del rock peruano. Volumen I”, y en el 2019 nos ofrece los volúmenes II y III. En el 2020, vuelve al diario El Comercio como columnista dominical. A fines del 2021, se anuncia el lanzamiento de, otra vez, un nuevo libro del mismo firmante. Pero en diciembre vuelve a desaparecer del país. Su ubicación actual nuevamente es incierta. A veces me pregunto: ¿sigues siendo un subte, Pedro K?

“Días de furia” (Contracultura, 2021) es el más reciente libro de Pedro Cornejo. Se presenta como una publicación sobre rock subterráneo, en la portada aparece Leusemia. Pero después de leerlo, no me creo el subtítulo, no lo acepto. Esto va mucho más allá del rock subte de los 80, es sumamente actual. Si bien el libro recopila principalmente sus columnas publicadas en fanzines, revistas, diarios, hasta los 90, además de incluir entrevistas al autor, lo que ahí se exhibe son reflexiones en torno a los reales debates y problemas del rock nacional que siguen siendo absolutamente vigentes. En síntesis, el libro pone de manifiesto el Pensamiento Cornejo, el finísimo punto de vista de un crítico sin censuras que en algún momento lo fue todo para la escena del rock peruano.

¿Es Pedro Cornejo el último crítico de rock del Perú? Discutible como indebatible. Y no nos referimos estrictamente al quehacer de la crítica musical, como reseñar un disco y tal, eso lo hace cualquiera. Su experiencia pero sobre todo su mirada reflexiva de filósofo le permite problematizar a la escena más que solo romantizar una etapa o un género musical, cosa común de estos tiempos. Eso es algo que ya ningún crítico musical hace en este país, quizás porque resulta doloroso rascar en la herida abierta y porque uno corre el riesgo de quedar mal con quien se sienta aludido. Como dice una canción de Aeropajitas: “nadie busca pelea, todos quieren quedar bien / todo esto es una mierda, pero qué bien que se te ve”.

El hazlo tú mismo es importante para la primera patada, ¿pero es suficiente para sostener una carrera musical? ¿Hacer música por pura expresión artística pero sin pensar en la necesidad de formar una base social que haga tangible la posibilidad de sostener una escena? ¿Hasta dónde vamos a llegar solo con un público consumidor y no agente participante y activo? ¿Rozar el circuito comercial sin asco para sacarle el máximo provecho sin traicionar la independencia y autonomía antes de cerrarse en el negacionismo más cínico? ¿Oposición o diferencia? ¿Identidad en el rock nacional o abajo los nacionalismos de una buena vez? 

Son algunas de las interrogantes que nos martillan el cerebro después de leer el nuevo libro de Cornejo. De fácil lectura, se consume muy pronto por su brevedad, pero nos deja preguntas y respuestas inagotables y en esencia necesarias para cualquiera que desee conocer más de la parte menos analizada del rock peruano, sus problemas pendientes, sus heridas abiertas.

Desde algún lugar del mundo, fuera del Perú, Pedro Cornejo responde a esta entrevista para hablar de su nuevo libro. ¿Sigues siendo un subte, Pedro K?

leusemia aparece en la portada del nuevo libro de pedro cornejo, "días de furia"
foto: archivo oscar huapaya


                                                             ★


" Y O  D I R Í A  Q U E  E X I S T E , 

D E S D E  H A C E  U N  B U E N  T I E M P O , 

U N A  T E N D E N C I A  

A  L A  M I T I F I CA C I Ó N  D E L  R O C K  S U B T E R R Á N E O"


Pedro, por mucho tiempo estuviste desaparecido y alejado de la escena. Y cuando te encontramos en el 2017, nos confesaste que después de todo el rock peruano te había dejado un “sabor amargo”. Sin embargo, en breve comenzaste a publicar una ráfaga de libros sobre el asunto. ¿Qué pasó? ¿Qué motivo esa reconexión con la escena local?

En realidad, mis apariciones, desapariciones y reapariciones públicas no tienen que ver tanto con mi relación con el rock peruano sino con mi carácter ciclotímico que oscila entre la apatía y el entusiasmo. La reedición de "Alta Tensión" en 2018 despertó mi productividad y, para sorpresa mía, el ímpetu creativo todavía se mantiene vivo. Por otro lado, hace tiempo que quería saldar la deuda pendiente que tenía con el rock subterráneo, un tema que de una manera u otra había esquivado desde mediados de los años noventa pero que, con la publicación de la "Enciclopedia del Rock", me empezó a exigir un ajuste de cuentas.

“Días de furia”, tu más reciente publicación, se presenta como un libro sobre rock subterráneo, aunque va mucho más allá de eso porque es sumamente actual. Pero antes de hablar de su vigencia, y habiéndose escrito tanto sobre lo subte, ¿crees tú que ahora hay una romantización en torno al rock subterráneo? Y si lo hay, ¿dónde reside el peligro al respecto?

Yo diría que existe, desde hace un buen tiempo, una tendencia a la mitificación del rock subterráneo. Mitificación que conduce a sobredimensionar el fenómeno, particularmente en sus aristas sociales, políticas y (contra) culturales. Ello ha hecho, además, que se pierda de vista el aspecto que para mí es fundamental: la música. Porque, independientemente de la valoración que uno haga de los grupos subtes, todos ellos son, ante todo, bandas de rock. Pueden cultivar distintos géneros, pueden situarse en las fronteras (o más allá) del ruido pero, al fin y al cabo, lo que hacen es expresarse a través del sonido que pueden extraer de ciertos instrumentos y de sus voces. Es decir, hacen música. Que sea más o menos elemental, más o menos sofisticada, es otro problema sobre el cual también creo que hace falta mayor reflexión.


" E L  C R Í T I C O  M U S I C A L  

E S  P A R A  M Í  U N  I N T E R M E D I A R I O 

E N T R E  L A  O B R A  Y  L A  A U D I E N  C I A "


Tu nuevo libro reúne varias de tus columnas aparecidas en fanzines y prensa durante los años 80 y 90, pero son absolutamente vigentes y compensan el alicaído frente de la crítica de rock en el país. Para comenzar, ¿cuál es el rol central del crítico musical para ti?

Para empezar, creo que existe una confusión bastante generalizada (y que no se circunscribe a la música) sobre lo que significa "crítica". Se suele usar ese término como sinónimo de juicio de valor (positivo o negativo). Se habla así de buenas y malas críticas. Yo entiendo la palabra "crítica" de otra manera: como un proceso de discernimiento racional por medio del cual se somete a escrutinio una obra con la finalidad de esclarecer los dispositivos que la hacen posible. Dentro de una canción o de un álbum, dichos dispositivos están presentes en la música como en las letras pero, sobre todo, en la manera como están articulados ambos. La finalidad de la crítica es, a mi juicio, que el público tenga un marco de referencias que le permita acercarse a la obra desde una perspectiva más amplia. En otras palabras, el crítico musical es para mí un intermediario entre la obra y la audiencia.

Muchas personas te tenemos a ti como referente de lo que debe ser un crítico de rock. Cuando empezaste en esto, ¿quiénes fueron tus referentes?

Yo empecé a escribir sobre música --de manera muy rudimentaria-- en el año 1982 en una revista que editaban algunos alumnos de la Facultad de Antropología de la Universidad Católica. Y el tema de mi primer artículo fue el punk. Luego continué escribiendo en diversos fanzines y revistas pero creo que mi trabajo como crítico de rock empezó y se desarrolló en el diario El Comercio a partir de 1989. En esa época no había internet y tampoco era fácil conseguir publicaciones especializadas pero le sacaba el jugo a las Rolling Stone (USA), New Musical Express (Inglaterra), Pelo, Expreso Imaginario, Rock & Pop (Argentina) y Rock de Luxe (España) que llegaban a mis manos. Recuerdo mucho los artículos de David Fricke, Jon Pareles, Simon Reynolds, Jon Savage, Claudio Kleiman, Sergio Marchi, Juan Cervera, Quim Casas, etc.

¿Cómo ves la crítica musical que se hace actualmente en el país?

Desde los años noventa hay muy buenos críticos musicales --y específicamente, de rock-- en nuestro medio pero cada vez tienen menos espacio en la prensa escrita. Me refiero a Fidel Gutiérrez, Raúl Cachay, Francisco Melgar, Óscar García, la gente que escribía en la revista Caleta, entre muchos otros. Pienso que es una lástima que la mayoría de ellos no puedan publicar o que tengan que circunscribirse a espacios diminutos en la prensa escrita o en internet.


" E N  L A  S E G U N D A  M I T A D  D E  L O S  A Ñ O S  N O V E N T A 

L A  M A Y O R Í A  D E  G R U P O S  D E  R O C K  I N D E P E N D IE N T E

E S T U V O  C L A R A M E NT E  E N  L A  O P O S I C I Ó N

A L   R É G I M E N  D E  F U J I MO R I "


Tu nuevo libro abre con una crónica deliciosamente escrita sobre el concierto de “Rock en Río Rímac” del 85, concierto en el que además debuta tu ex banda Guerrilla Urbana. Aquella vez cerraron con el tema ‘Quiero anarquía’. Siempre he tenido una curiosidad: ¿tú cómo te definías políticamente en esa época y cómo te defines ahora?

Siguiente pregunta (je).

En el libro mencionas que no crees que la sociedad de hoy sea más tolerable que la de los ochenta, sino que la manera de procesar los conflictos va cambiando. Pedro Suárez Vértiz dijo que tú entendiste bien cuando se auto-confesó apolítico, porque se refería al apolítico partidario, sin embargo, no es un secreto que simpatiza con Keiko Fujimori. ¿Crees que últimamente hay una correspondencia entre el rock comercial y la derecha, y el rock independiente y la izquierda?

Me parece que no. Es cierto que en la segunda mitad de los años noventa la mayoría de grupos de rock independiente estuvo claramente en la oposición al régimen de Fujimori pero de ahí en adelante no me parece que se pueda trazar la línea demarcatoria que tú sugieres. Entre otras cosas, porque los partidos políticos en general han perdido identidad (ya ni se preocupan por tener un ideario o un programa político serio). Han optado por la estrategia del camaleón (sin mayor éxito, por lo demás), buscando mimetizarse en función de "lo que le gusta a la gente". Es el "síndrome del populismo" que afecta a todos los partidos políticos y que vuelve tan borrosos sus perfiles que resulta muy difícil distinguir a unos de otros. La misma diferencia entre derecha e izquierda se ha vuelto opaca o, cuando menos, circunstancial. Volviendo a tu pregunta, lo que tal vez pueda decirse es que los grupos que denominas "comerciales" tienden a no manifestar sus simpatías políticas, mientras que los grupos "independientes" suelen hacer explícita su posición respecto al establishment. Pero en ninguno de los dos casos se da --salvo excepciones-- un posicionamiento político en términos de "derecha" o "izquierda".


"L O  Q U E  O C U R R  I Ó  E N  L O S  N O V E N T A 

E S  Q U E  E S A  P O S I B I L I D A D  D E  S A C A R L E 

E L   M Á X I M O  P R O V E CH O  A L  C I R C U I T O  C O M E R C I A L 

S E  H I Z O  R E A L I D AD"


En una columna del libro haces alusión a la necesidad de una base social y generacional para la marcha de cualquier proyecto alternativo. Es interesante porque siempre se habla de las bandas, pero no se plantea la mirada sobre el público y su rol para que una escena independiente funcione. ¿Cómo crees que el público podría ser eso que llamas ‘potencial agente participante’ y no solo consumidor?

Yo creo que si algo consiguió el rock subterráneo fue romper con la separación entre los músicos y el público. Prueba de ello fueron y siguen siendo los innumerables casos de jóvenes que formaron sus propias bandas, que sacaron sus fanzines o que crearon sus propios sellos discográficos, acicateados por grupos a los que ellos inicialmente seguían como espectadores o como fans. En ese sentido, la escena del rock independiente ha sido muy proactiva y eso le ha permitido superar los escollos que plantea hacer (o difundir) música en un país tan precario como el Perú.

En otra parte del libro mencionas que es importante pensar en la posibilidad de sacarle el máximo provecho al circuito comercial sin que eso altere la identidad y autonomía de las bandas. Eso es algo que el subte no se planteó y que la escena independiente de los 2000 sí ha venido trabajando. Como el manager que has sido, ¿cuáles serían tus recomendaciones en este proceso para las bandas actuales, además que varias de ellas que sí quieren vivir de la música sin traicionarse a sí mismas?

Ese tema fue planteado en los fanzines subtes que salieron entre 1985 y 1987. Y en revistas de la misma época como Esquina e Imagen Pública. De hecho, el disco que Leusemia sacó con la disquera El Virrey puso ese asunto sobre el tapete. Y el potencial "comercial" --nunca materializado-- de un grupo como Zcuela Crrada generó discusiones por ese mismo motivo. Lo que ocurrió en los noventa es que esa posibilidad de "sacarle el máximo provecho al circuito comercial" se hizo realidad con los fichajes de G-3 por la disquera El Virrey; Los Mojarras, Cardenales y Combustible por Iempsa; y Dolores Delirio por Sony, entre otros. Y por la difusión que algunos grupos "independientes" empezaron a tener en la radio: recuerdo la alta rotación que tuvo la canción "Wirito" de 6 Voltios en Doble Nueve. Asimismo, la prensa escrita fue una vitrina constante para bandas y solistas como Leusemia, Rafo Ráez, Voz Propia, G-3, Daniel F., Dolores Delirio, por mencionar solo algunos.

Ahora bien, en lo que refiere concretamente a tu pregunta, no creo que haya una receta o una fórmula para moverse en el circuito comercial sin perder la integridad ni el control creativo. Eso depende de cada grupo y de cada persona. Como dices, hay muchas bandas que quieren vivir de la música sin traicionarse a sí mismos pero no creo que "vivir de la música" signifique lo mismo para todos porque cada persona tiene diferentes expectativas en la vida. En todo caso, sea cual sea el camino elegido es preciso tener convicción, perseverancia y lucidez.


" E L  D E B A T E  E N  T O R N O  

A  L A  I D E N T I D A D  N A C I O N A L, 

E N  C U A L Q U I E R  Á M B I T O , 

S E   H A Q U E D A D O  S I N  P I S O "


Para hablar sobre identidad nacional en el rock peruano, dices que “ni el idioma ni la incorporación de ritmos o instrumentos de aquí es condición suficiente para hablar de ‘rock nacional’”. Partiendo de reconocer el rock como un fenómeno de raíces extranjeras, con frutos en todas partes del mundo, y algunas veces de tendencias anarquistas y libertarias, ¿crees que sigue siendo necesario buscar la identidad de un ‘rock nacional’? ¿O ya sería hora de dejar de abusar de tendencias nacionalistas en un género tan universal?

Me parece que el debate en torno a la "identidad nacional", en cualquier ámbito, se ha quedado sin piso. Vivimos en un mundo donde la diversidad y la "contaminación" constituyen la fuente de la riqueza cultural. El carácter híbrido, mestizo e inclusivo del rock es una de las expresiones más importantes de ese proceso. Esto no significa que haya desaparecido el colonialismo cultural. Significa que todos estamos inmersos en una cultura global y descentrada donde múltiples discursos se desplazan constantemente en distintas direcciones sin que podamos hablar de un sólo centro hegemónico. Ahora bien, dentro de esa cultura global no todos los discursos tienen el mismo peso, el mismo poder. Pero la forma de combatir esa desigualdad no es rechazar lo "foráneo" sino apropiarnos de ello y usarlo de acuerdo a nuestras necesidades. Pienso, por ejemplo, en el grupo Dengue Dengue Dengue que se apropia de la música electrónica de baile, la resignifica y la reintroduce exitosamente en Europa como una suerte de Caballo de Troya.

¿Es “Días de furia” tu último libro dedicado al rock peruano o tienes planeado sorprendernos con alguno más?

Es posible que haya alguno más.


► ¿DÓNDE COMPRAR EL LIBRO "DÍAS DE FURIA" DE PEDRO CORNEJO?

- Librería Contracultura: Av. Larco 986, Miraflores, Lima, Perú

- Librería El Virrey: Calle Bolognesi 510, Miraflores, Lima, Perú

- El Grito: Jirón Camaná 1011, stand 121, Centro de Lima, Perú

- Muki Records: Av. José Leguía y Meléndez 1407, Pueblo Libre, Lima, Perú

foto: el grito


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Escrito por

Escarlata

Diana Joseli (Lima, 1992), editora de Youcansayfuck.lamula.pe desde abril del 2017 hasta mayo del 2022.


Publicado en

youcansayfuck

Crítica, investigación y difusión de rock independiente. Foto de portada: Raúl García.