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¿Ha sacado Niños Sin Smartphones el mejor disco del año y nadie se ha dado cuenta?

Dennis García y Daniel Ruiz-González lanzaron un disco excepcional en abril de este 2021 bajo el título de "Todos vamos a morir". Una frase que es un grito de guerra, algo así como si todos vamos a morir, hagamos lo que queramos hacer ahora mismo y mandemos el resto a la mierda. Ellos hicieron un disco, un discazo, como si no hubiera un mañana. Este álbum gravita entre el rock, el indie pop, las capas sinfónicas, la música disco, la electrónica, las melodías tipo vals criollo, los silbidos, y hasta el punk, aunque esto último solo sea por joder, o quizás no tanto. Está escrito en español, en inglés, y en idiomas que no existen. Si no han escuchado este disco, están en nada, háganlo. Porque todos vamos a morir, solo que unas personas habiendo escuchado menos canciones que otras.    

Publicado: 2021-10-27

“Todos me decían que mi música no iba a funcionar, todas las veces. Siempre, el 100% de las veces”, sostiene Daniel. “Mi esposa me dice: esto no va a pegar tanto, ¿no? Yo le digo: no sé, eso no importa tanto... ¿no? Pero Daniel me dice: ‘nosotros vamos a hacer una banda que va a funcionar recién en 10 años’”, agrega Dennis. Entonces vamos a hacer una nota para la gente del futuro, le digo. Todo esto después de tres horas de entrevista. ¿Realmente la gente no está preparada para escuchar a una banda como Niños Sin Smartphones hoy?, me pregunto.

Se conocen desde hace veinte años pero es la primera vez que tocan en un mismo grupo y hacen un disco juntos. Niños Sin Smartphones son Dennis García (45) y Daniel Ruiz-González (36), una banda nacida en el 2018, ad portas de una pandemia mundial. “Somos como el dúo Roxette pero lo-fi”, dice Daniel. Ambos cantan, componen y se producen ellos mismos en el grupo, el resto de tareas se las reparten, Daniel toca también la batería y Dennis toca además la guitarra (y en vivo acompaña Rafo de la Cuba en el bajo). En el ADN musical de este par de señores ni tan niños ni tan sin smartphones, conviven Nirvana, Radiohead, David Bowie, Queen, The Beatles, hasta Rafo Ráez, Rafo de la Cuba, también Camilo Sesto y Juan Gabriel, y un poco de hip hop y música electrónica.

En abril de este 2021 lanzaron “Todos vamos a morir”, su primer disco, precedido por un EP publicado en el 2018 bajo el nombre de "Las peras del olmo". El título del nuevo álbum es una cosa biológica, va a pasar lo quieras o no, pero en medio del contexto, con el Covid en el aire, era una cuestión de angustia constante, y a la vez un grito de guerra. Para ambos es más esto último.

"Es como ¡todos vamos a morir, mierda! -dice Daniel-. ¿Qué haces en tu cama hecho un huevón?, si mañana te puede dar el virus y te mata y se acabó toda tu depresión, toda tu huevada, se acabó. Mejor come rico, ten alguien a quien querer al costado, disfruta de tus amistades”. Ellos hicieron lo que tenían que hacer: un disco de doce canciones que podría ser nominado como el mejor del 2021. Por cierto, a Daniel le dio el Covid igual, a Dennis, no. Ambos viven, y viven -sobre todo sobreviven- de hacer música a tiempo completo, algo raro en nuestro país y más si eres rockero. En tiempos de encierro y toque de queda, para hacer la música posible, tuvieron que salir de casa con permisos falsos para ir a ensayar o grabar. “Me escapaba con mi permiso falso para ir a tocar. Me iba con una jaba de huevos”, dice Dennis. “Pero al final estábamos trabajando”, dice Daniel. Hacer música en este país no se ve como un trabajo para el común de los peruanos.

Daniel viene de tocar en Space Bee, ser productor musical de varias bandas de la escena local, y hacer canciones para películas como Guerrero, 7 Semillas, El sistema solar, Como en el cine. ¿Han escuchado a Gisella Ponce de León cantando la hermosísima 'Buenos días, caballero' en El sistema solar, o a Rafo de la Cuba hacer lo propio con 'Ella anda dormida' de Como en el cine? Bueno, semejantes bellezas fueron compuestas por Daniel. Ese par de canciones en su CV son suficientes para prestarle atención a este chico de rulos dorados, que además tiene una carrera solista fuera del grupo.

Dennis también viene de tocar en bandas como Stereonoiz y Mobivstrip, con canciones rotadas en su momento en Doble 9, con un premio en el extranjero, así como también ha hecho música para películas. Este señor de cabello plateado, también hoy esposo y padre, y no por eso menos rockero, vaciló entre ponerle a su banda Niños sin smartphones o Niños sin tablets. A Daniel le gustó más la primera opción, y quedó así. Al poco tiempo, Daniel quiso unirse a esta banda fundada por Dennis porque el nombre le parecía demasiado chévere. Y nació el dúo.

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“Todos vamos a morir” es un disco que gravita entre el rock, el indie pop, las capas sinfónicas, la música disco, la electrónica, las melodías tipo vals criollo, los silbidos, y hasta el punk, aunque esto último solo sea por joder. O quizás no tanto. “Yo creo que tenemos una filosofía bien punk, a veces tocamos bien y a veces no. Es una filosofía de hay que hacerlo ya. Tenemos también mucho bagaje atrás… Jugamos bastante con deformar el sonido, metiéndole pitch, agudizándolo, bajándolo”, dice Dennis. Por su parte Daniel siempre ha querido ser mainstream, porque le parecía bacán vivir de tocar. Y tocaba las puertas de la radio, de los managers, de gente pegada a la industria musical. Pero en algún momento entendió la mierda de ese mundo y se quedó en este lado del charco más under. “Pensé que estaba tocando las puertas equivocadas porque mi música parece que no encaja, pero era un problema musical no de ideología. Era que mi música nunca encajó en el molde que estos patas tienen. Bueno, ¿seguro soy punkeke? Esta gente me está diciendo que soy punkeke, todo el tiempo. Debo ser, pues, seguramente soy”, dice.

Las voces del dúo son radicalmente distintas, a veces se separan y hacen suyo cada tema, en otros juegan al mismo tiempo o se reúnen al unísono. La voz de Daniel suena como la de un ángel adolorido, a la vez sexy y rockero, que al mismo tiempo puede bailar música disco mientras sigue cantando con su daga en el pecho. Para esto escúchese ‘Saca la cabeza’, ‘Spread your love way’, ‘Sara, la sinfónica’. “Esos lamentos que me salen por arriba son Jeff Buckley, Thom Yorke y definitivamente mi niñez triste… Cuando canto conecto con esa tristeza, es como un lamento que le sale a alguien que se está entregando por completo a la tristeza”, dice Daniel. La de Dennis no se define, quiere experimentar todo el tiempo: “Yo nunca he tenido una técnica. Me gusta ensuciar un poco la música. Y por eso mismo juego en la voz… Siempre estoy tapando mis falencias vocales, estoy haciendo un show. A veces le digo a Daniel: yo no soy cantante, yo soy un actor”. Lo podemos escuchar en ‘Queda’, ‘Cola de pez’, ‘Bachiller’.

Las canciones están compuestas principalmente en español, a veces con algunas frases en inglés, y con algunas letras en idiomas que no existen, es decir que no tienen letra real. Por ejemplo, ‘No corona’, una de sus canciones más divertidas. “Dennis vino con la canción sin letra, yo le dije ya huevón alucina que hay que hacer la canción sin letra, así como está, sí. Y solo en el coro decimos: algo, no corona”, cuenta Daniel. Así quedó. “Esa canción no tiene idioma”, dice Dennis. Balbucean cosas en las estrofas y lo único claro es que en una parte cantan “If you love me, I have not corona". O sea, "si me quieres no tengo corona”, evidentemente por lo del Coronavirus. Y en otra dicen “Arroz con menestrón, it’s already”, confiesan.

Otro tema que es uno de los hits del disco es ‘Spread your love away’. La intro es como la de un soundtrack de película. Una cosa muy sinfónica. Daniel comienza cantando "no querrás enternecerme así", como si fuese un vals criollo. El coro repite el título de la canción en inglés aunque todo lo demás sea en español. “No hay un esfuerzo consciente por hacer las cosas en inglés o en español, es bien animal”, dice Daniel. Luego caen unas guitarras distorsionadas, el volumen sube, la batería se marca más, todo se vuelve rock, y segundos después todo se apaga nuevamente, y otra vez suena la voz de lamento criollo de Daniel: "¿por qué te has ido de míii?". Vuelve el coro y por ahí aparece brevemente la voz de un demonio. Regresa la bulla y destroza la canción mientras lo sinfónico no se va del todo en el fondo. Una maravilla.

En ‘Saca la cabeza’ y ‘Queda’ hay un guiño al reguetón que no termina de ser absorbido por el mainstream. Les pregunto si tienen reparos con este género como lo tienen muchos otros rockeros. Daniel dice: “No existe género musical malo, los malos son los reguetoneros y eso está claro. Pero si solamente vas a hablar de cachar, si solamente vas a decir qué ricas tetas, qué rico culo, te estás perdido de muchas cosas. Creo que decir que el reguetón es malo es un error, lo es pésimo es el incentivo para hacerlo. La gente que quiere mucha fama y mucho dinero hace reguetón y salen estos bodrios”. Dennis dice que alguna vez trabajó con un reguetonero en su chamba como productor y le dijeron “manya, la canción está bien paja pero en la radio te van a fregar por poner esa trompeta, como que ahora no están sonando trompetas, tiene que sonar otro instrumento tipo sintetizador. ¿En serio?, le digo. A lo que voy es que están muy amarrados al mainstream, demasiado, ¿y dónde está lo novedoso?”, se pregunta.

‘Anticuerpo’ es otro hit, es que en este disco solo hay hits. Dennis inicia en la voz, solo con una batería básica de fondo, sonidos sinfónicos luego, y no tan tarde se le une la voz de Daniel, y despegan juntos sin separarse más. Suena un xilófono que lanza notas puntuales como gotitas de lluvia. Todo va sonando más rock cuando se añaden más efectos de fondo. El coro dice ‘cuando tu queda sonrisa anticuerpo me lleva a lo espiritual nadie controla a nadie’. Daniel afirma que este fraseo resulta una influencia de aquel clásico de música criolla ‘yo quiero que escuches imagen de mi alma que te ama y te adora como una aventura que nadie ha gozado’. Hace rato está claro que este disco tiene influencias de géneros que pasan del rock. Pero tomar ese riesgo lo hace más rock incluso.

‘Manager’, metida justo a la mitad del disco, es el chiste punk del dúo. Es puro vacilón. “Tuvimos una conversación larga sobre los managers, y Dennis comenzó a tocar con su guitarra “¡manager, mátate!, ¡manager, mátate!” de la nada. Y yo le dije: ya, huevón, vamos a grabar ahorita esa canción con el iphone, ya mira yo voy a decir: ‘ya conchasumadre, esta canción la grabamos con el iphone, un dos tres va’. Ya ya, chévere chévere. Y cuando termine la canción yo digo: ‘súbelo a Spotify así nomás conchasumare’, y ‘sígannos en Instagram’. Nos hemos reído todo el camino, hemos llegado a la jato, hemos puesto el iphone al costado de Dennis y hemos tocado batería un poco más allá y dijimos tal cual eso. La hemos grabado y la hemos subido a Spotify a los 15 minutos en ataque de risa”, cuenta Daniel. Si escuchan el tema es exactamente así, aunque pareciera un intento de hacer punk con Manillas de Morbo en la voz.

‘Bachiller’ es una canción escrita por Dennis para su hijo, “basada en el sentimiento de verlo crecer y que cada vez es más grande”. Él piensa mucho en cómo se van a ver los temas en conciertos en vivo, por eso le resulta frustrante no poder tocar en directo ahora en pandemia. “Yo compongo el concierto. Eso me frustraba. Mi esposa me decía: está bien pero es muy triste esa canción. Pero tienes que verlo en concierto, le digo -dice Dennis- yo sé cómo voy a tocarlo en concierto, va a ser recontra intenso y la gente se va a mear… Todo se puede hacer un show. Hacer una alegría en esa cosa triste”.

‘Cola de pez’ es una canción de amor pero en verdad es política, dice Dennis, en una parte lanza la brutal frase: "alguna vez, Dios me dijo te detesto, ¿quién te ha dicho que eres rey?". ‘Sara la sinfónica’ sí es una canción de amor, pero la belleza está en el modo adolorido de cantar de Daniel y en cómo Dennis ensucia el tema con las guitarras distorsionadas y al final apagan todo eso y se van en música disco. ‘Carolina’ es el tema hater contra la ex. ‘Vilma’ es como el soundtrack de la escena de una película en la que el avión o el barco pareciera que va a chocar contra algo en cualquier momento. Y ‘Creo que te vas a ir’ es la manera perfecta de cerrar un disco perfecto: "si te digo que te quiero, te vas a ir, te vas a ir; si te digo que te amo, vas a sufrir, vas a sufrir, ah, ah, ah, ah...".

Les pregunto cómo van a hacer para que aparezcan todos los sonidos que salen en el disco en un concierto en vivo, si solo son dos patas. Dennis dice: “Lo haremos como Mama mía, como la ópera de Queen (ríe). Hay maneras de cómo reemplazar esos sonidos con la tecnología, con pistas, o grabamos sonidos y los podemos lanzar en vivo”. Daniel agrega que en realidad le gustaría que suene bien diferente al disco. Dennis confirma, y añade que para él la música tiene que ser completamente diferente en directo, para que no suene igual, pero sobre todo “para no aburrir y para no aburrirnos nosotros”, añade. Como hace Bob Dylan, les digo. Daniel afirma.

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Están preparando un nuevo disco titulado Managerismos y también un EP, nuevamente para no aburrirse. Es un disco que va a tener grunge, cumbia satánica, entre otras cremas, advierten. Además, hace poco han lanzado el single ‘Por nada cambio este país’, un tema en clave de festejo solo con voz y guitarra. Dennis la compuso para una tarea del colegio de su hijo por 28 de julio, luego la escuchó Daniel, le cambiaron la letra y le dijo “ya, esta canción va a ser un hit –dice Dennis-. Siempre decimos eso, ‘con esta canción salimos de misios’”.

Aquella noche de la entrevista, Daniel se tuvo que ir al concierto de Nicolás Duarte (La Mente, Cuchillazo), con quien trabaja como productor, y yo me quedé con Dennis. Le pregunto qué es lo que más le disgusta del Perú, a propósito de aquella canción que tiene una letra más bien irónica. Y me dice: “Creo que el país funciona como se manejan los autos. Si manejas bien, te mueres. Te enseñan todo lo correcto, si tú obedeces eso y vas a la calle, va a venir un pata y te va a chocar. O sea tienes que hacerlo mal. Como manejamos autos es el país. O como caminamos, porque también caminamos mal. Si manejas bien, te mueres”.

En la portada del “Todos vamos a morir”, los dos viajan en un barco y la banderita del Perú aparece atrás. Como dice Dennis, en este país la gente maneja mal y si manejas bien te mueres. Tal vez por eso en la foto no van por tierra, sino por mar. Lo cierto es que el nombre completo del disco no es el que está en la portada. Si le hacen zoom a la foto van a ver que al fondo del mar hay un barquito chiquitito y ahí dice: ‘de viejitos’, revela Dennis con ironía.

De cualquier forma, la vida es corta como para esperar que esta banda funcione todavía en 10 años, como dice Daniel. Y al final, de verdad, todos vamos a morir, solo que unas personas habiendo escuchado menos canciones que otras.


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Escrito por

Escarlata

Diana Joseli (Lima, 1992), editora de Youcansayfuck.lamula.pe desde abril del 2017 hasta mayo del 2022.


Publicado en

youcansayfuck

Crítica, investigación y difusión de rock independiente. Foto de portada: Raúl García.